AfroXXI inaugura etapa de participación ciudadana en organismos internacionales

Por @pablopascale

Los afrodescendientes son aproximadamente 200 millones de ciudadanos en América Latina (30% de la población total), pero que desde que se tiene memoria han sufrido los peores indicadores de empleo, salud, educación, acceso a la justicia, representatividad política, académica e institucional, por citar las más salientes.

Son muy pocos los organismos internacionales que trabajan el tema de la participación ciudadana, y aún menos los que la utilizan como una herramienta válida para desarrollar sus actividades. Este no es el caso de la SEGIB, que se ha transformado en el primer organismo internacional en trabajar la participación ciudadana directamente, no solo disponibilizando la plataforma participativa Ciudadanía 2.0, sino que también ha desarrollado un proyecto enteramente participativo; nos referimos a AfroXXI.

AfroXXI es una iniciativa que surgió para conmemorar en 2011 el Año Internacional de los Afrodescendientes, declarado por la ONU. La idea inicial fue gestada por Enrique V. Iglesias, Juca Ferreira, y Pablo Pascale, teniendo como proyecto realizar un gran evento en Brasil que simbolizara el reconocimiento de Iberoamérica a los aportes realizados por tantas generaciones de afrodescendientes a nuestros países, democracias, economías, y culturas.

La idea inicial de AfroXXI fue evolucionando, y Brasil decidió sumarse a la organización, así como agencias de las Naciones Unidas, AECID, BID, y el Gobierno de Bahía. AfroXXI se fue convirtiendo en más que un evento, y se decidió que debería iniciar una nueva etapa en Iberoamérica, una etapa de igualdad de derechos y oportunidades para todos y todas, y ser un proceso con la participación de los involucrados, en su agenda, desarrollo, y resultados. Pero no se encontraron antecedentes y hubo que comenzar a andar.

Una delegación de SEGIB (Juca Ferreira y Pablo Pascale) visitó 12 países de Iberoamérica, donde se realizaron talleres con representantes de los movimientos sociales de afrodescendientes, autoridades estatales y locales de temas de discriminación, académicos y representantes del gobierno y de organismos internacionales. Más de 500 personas participaron de estos talleres donde se identificaron los 13 temas prioritarios para los afrodescendientes, se organizó la agenda del evento en Salvador de Bahía, y se apuntaron los temas que debería contener la Declaración a ser firmada por los Jefes de Estado y representantes de gobiernos.  Y así fue.

La Declaración de Salvador (Jefes de Estado) y La Carta de Salvador (movimientos sociales) reclaman prácticamente los mismos resultados a ser implantados en la región: la creación de un observatorio, un fondo para afros, un centro de memoria histórica y la declaración de un Decenio Afrodescendiente.

La SEGIB se puso en 2012 manos a la obra con la implantación de estos resultados y presentó una propuesta a los 22 países iberoamericanos. Pero previamente, se realizaron talleres con los movimientos sociales en América Latina nuevamente para coproducir aportes a esta propuesta. La conclusión fue una propuesta participativa que condujo a que en la reciente Cumbre de Cádiz, los Jefes de Estado y de Gobierno emitieran un Comunicado Especial donde reconocen la importancia de impulsar la creación de un programa de apoyo a la población y cultura afrodescendiente. Esto ha supuesto un quiebre histórico con la invisibilización que han sufrido los afros. AfroXXI logró reunir, por primera vez en la historia, a Presidentas y Presidentes para trabajar el tema afro, y eso fue posible gracias al apoyo y acompañamiento de los movimientos sociales

Este 2013 la SEGIB presentó el documento de formulación del Programa Iberoamericano AfroXXI que tiene como objetivo la implantación de los resultados de la Declaración de Salvador y la Carta de Salvador, que a su vez recogen los aportes de los ciudadanos afrodescendientes que han participado desde el inicio en este proceso. AfroXXI inaugura una nueva etapa, no solo para los afros, sino también para los organismos internacionales, demostrando que es posible y necesario salir de los despachos y escritorios para desarrollar proyectos participativos y coproducidos con la ciudadanía.

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