¿Qué es verdaderamente el trabajo colaborativo en un labic?

20 de febrero de 2019

SERIE: Hacia #LABIC nº5

 por Cinthia Mendonça

 

El modelo de trabajo del Labic se caracteriza por la presentación de candidaturas para colaboradoras/es que deseen participar directamente del desarrollo de los proyectos seleccionados. Con esto el laboratorio propone una creación colectiva en ambiente en el cual las/los participantes pueden tanto aprender como enseñar en la medida en que desarrollan sus ideas. Muchos deben preguntarse qué es verdaderamente el trabajo colaborativo en un LABIC.

Hace ya algunas décadas que se tienen noticias sobre espacios que se dedican a la creación y al desarrollo de ideas a partir del trabajo colaborativo. Estos espacios urbanos y rurales, centrales y periféricos, promocionan, por medio de diferentes dinámicas, el acceso al conocimiento de manera horizontal, teniendo como punto de partida la necesidad de crear, desarrollar o solucionar cuestiones relativas a las propuestas que vienen de iniciativas ciudadanas. Este tipo de iniciativa asegura el intercambio más allá de las grandes instancias institucionales garantizando el mantenimiento de una relación entre producción y trabajo que está más allá de la restricta producción de capital, esto incluye el acceso al conocimiento y el derecho a la experimentación. La base de esta estructura es la colaboración. Dentro de este contexto el colaborador o la colaboradora es el otro, el desconocido que viene a llamar a nuestra puerta trayendo consigo el mundo de allá afuera, aquello que la propuesta que será desarrollada no es o no tiene. Aquel o aquella que colabora, es otro punto de vista, una perspectiva diferente, impactando las estructuras más rígidas de cada proyecto. Se espera de un colaborador o de una colaboradora que estos puedan actuar como actualizadores de ideas, haciendo con que los proyectos pasen por transformaciones hasta que puedan ser comunes, de todos, para todos.

Abrirse verdaderamente a la colaboración, es decir, hacer parte de un proyecto abierto a la colaboración es ponerse en contacto con el otro, los muchos otros que hacen parte de él. Es relacionarse con la diferencia, dejarse afectar, ser la cosa por donde algo pasa. Los proyectos así ocuparían este lugar “por donde pasan las cosas” hasta que éstas ganen forma. Así, el trabajo colaborativo es un intercambio extremo e intenso con muchas diferencias que se unen por una idea común.

Para tal basta dejar que los proyectos sean sutilmente vulnerables, es decir, establecer relación de escucha, dejar espacio, ventilar, crear hiatos para que sean cumplimentados por otros saberes. El “otro” y no el “sí mismo” puede ser un interesante punto de partida en la construcción de proyectos que desean ser comunitarios.

Los proyectos dan un horizonte al laboratorio. Las/los colaboradoras/es protagonizan este espacio de intercambio cuando se dedican a ofrecer sus saberes y habilidades para los proyectos. Sabemos que sin los colaboradores, poco de lo que deseamos que fuera posible. El LABIC propone que trabajen juntos artistas, artesanos, ingenieros, arquitectos, agricultores, ambientalistas, físicos, productores, escritores, profesores, antropólogos, programadores, biólogos, filósofos, profesionales e investigadores de distintos intereses. En ese contexto heterogéneo y interdisciplinar donde se da el debate y la creación, ¿qué es disidente, qué es diferente? Lo común en este espacio es la vivencia desde el acto creativo, es decir, desde el nacimiento y el desarrollo de las ideas, desde el “saber, saber hacer”. La necesidad de crear algo es lo que mueve los presentes a compartir un mismo espacio y son las actividades relativas a la investigación y al desarrollo de cada proyecto que promueven la convivencia y el intercambio. A veces enfocados en un mismo proyecto trabajando en colaboración, otras veces desarrollando distintos proyectos que inevitablemente sufrirán interferencias de otras visiones de mundo, de esta manera, el contraste entre realidades y subjetividades son constantes en las instancias de un espacio abierto como el Labic.

La persona que colabora es el otro que viene a alimentarnos y a alimentarse de esta relación, trayéndonos crisis y soluciones, haciéndonos – a todos – pensar más allá de nosotros mismos: un horizonte común se construye en presencia de otros.

 

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Mira SERIE: hacia #LABIC

nº1. Laboratorios de innovación ciudadana ¿Qué son y para qué?

nº2. ¿Prototipado? Creatividad y Experimentación en el lab

nº 3. Laboratorio de Innovación Ciudadana: El viaje del héroe y sus aliados claves

nº 4. Lo que importa es la vida: diversidad cultural en un LABIC

nº 5. ¿Que es verdaderamente el trabajo colaborativo en un LABIC?

 

Fotografía: Life of fishermen, by Partha Pal